Dejar de fumar ayuda a reponer la vitamina C. Debido a su elevado contenido de oxidantes el efecto nocivo del cigarrillo es causado, al menos en parte, por un aumento de los procesos de oxidación que generan estrés celular, relacionado con la aparición de enfermedades cardiovasculares o cáncer. La vitamina C, o ácido ascórbico, es uno de muchos antioxidantes que bloquean parte del daño originado por los radicales libres. En fumadores, las concentraciones plasmáticas y tisulares de vitamina C son más bajas que en personas que no fuman, debido a que existe un mayor gasto de esta vitamina, en fumadores activos o pasivos de cualquier edad debe incrementarse la cantidad de vitamina C diaria a 35mg adicionales. Por la participación de esta vitamina en múltiples procesos, como la síntesis de colágeno, curación de heridas, favorecimiento de la absorción de hierro y utilización del ácido fólico, etc., se hace necesario tanto el abandono del tabaco como el aumento de la ingesta de esta vitamina en fumadores y en sujetos que se encuentren en proceso de dejar de fumar.